jueves, 20 de octubre de 2011

Ante un triunfo del kirchnerismo el próximo 23 de octubre


Necesitamos un proyecto popular y emancipador


Las organizaciones que firmamos esta declaración creemos que el importante porcentaje de votos alcanzado por Cristina Fernández en las primarias del 14 de Agosto, así como la muy pobre elección realizada por los representantes de la más rancia derecha argentina abren un nuevo escenario político en el país. El Gobierno Nacional ha logrado mostrar un alto consentimiento respecto de sus principales políticas, así como también la fortaleza relativa del sistema político, tan cuestionado diez años atrás. Los resultados también develan la incapacidad que han tenido los sectores más conservadores para poner en pie un proyecto que exprese sus intereses corporativos y sea respaldado por amplios sectores de nuestra sociedad.

Quienes militamos día a día por la construcción de poder popular y soñamos con un país de plena dignidad humana, soberano, justo y sin opresiones de ningún tipo, compartimos las aspiraciones de mucha gente de nuestro pueblo que votó al oficialismo como una manera de rechazar cualquier vuelta al pasado y esperando que se avance en la resolución efectiva de los más acuciantes problemas sociales.

Sin embargo, entendemos que lo que hace falta no es “profundizar el modelo”, sino poner en discusión sus pilares fundamentales. Consideramos imposible avanzar en una sociedad más justa si sostenemos un modelo económico basado en los agronegocios, la primarización de la economía, la dependencia de las materias primas y una industria cuyo fin es la realización de ganancias extraordinarias para algunas multinacionales y las grandes empresas locales. Pensamos que no vamos a alcanzar la vida que queremos sin terminar con el saqueo y la contaminación y sin recuperar nuestros recursos estratégicos. Creemos que es imposible acercarnos a la sociedad que queremos sin modificar la estructura tributaria regresiva que castiga al pueblo y no a los ricos, y que deja sin gravar la renta financiera. Estamos convencidos de que con trabajo precario y flexibilizado, y sin democracia sindical, no construimos el país al que aspiramos. Tampoco podemos avanzar en ese sentido si no refundamos el sistema público de salud, construimos una educación liberadora y desterramos el problema de la vivienda.

Revertir estos aspectos centrales del actual modelo es lo que debería guiar a un gobierno con voluntad de transformación social. No creemos que sea ésta la vocación del gobierno actual, más allá de valorar las medidas que representan avances para los intereses populares y que retoman algunas de sus luchas históricas, como lo fueron la estatización de las AFJP, la Asignación Universal por Hijo o la ley de medios. Desde este lugar reafirmamos que no compartimos el proyecto político kirchnerista y creemos que debe ser superado poniendo en pie una alternativa verdaderamente popular, exigiendo y reivindicando una salida propia de los movimientos populares.

Frente al kirchnerismo, aparte de la oposición netamente de derecha, encontramos también el FAP, cuyo referente y candidato Hermes Binner aparece como la “novedad” de la elección. Sabemos que hay compañeros y compañeras del campo popular que se encuentran aportando a esta experiencia o tienen expectativas en este espacio y reconocemos la honestidad y el recorrido de lucha y militante de muchos de ellos. Sin embargo, creemos que de ninguna manera Binner y el Partido Socialista puedan representar una alternativa popular de gobierno. Por el contrario, son públicas varias de sus posiciones políticas en la que coincide con la derecha y su propia experiencia de gestión en Santa Fe –donde ha demostrado una sintonía evidente con los sectores más beneficiados por los agronegocios- sirve como ejemplo. Consideramos que Binner no pretende llevar adelante un programa de los sectores populares y que no representa una opción frente al gobierno sino que amenaza con reeditar la triste experiencia de la Alianza.

Por otro lado, tras las elecciones del 14 de agosto, Proyecto SUR no superó a nivel nacional la instancia de las primarias, aunque sí presenta candidaturas de compañeros del campo popular para diputados en algunos distritos. El FIT, por su parte, sí podrá presentar candidatos en todos los niveles de la elección. Con estos sectores, con los que compartimos diversos terrenos de militancia, nos separan importantes diferencias y nuestro proyecto político choca muchas veces con sus posiciones. Sin embargo, en estas elecciones apostamos a que el ingreso de luchadores populares al Congreso o a las legislaturas provinciales contribuya a dar la pelea por concretar toda una serie de demandas que nosotros también impulsamos, entre ellas el reclamo por el 82% móvil, el aumento del salario mínimo, el combate contra el trabajo precario y tercerizado, y es por eso que valoramos la posibilidad de que estas fuerzas puedan llegar a expresarse en el poder legislativo.

Las organizaciones que firmamos esta declaración queremos resaltar en este contexto la necesidad de los movimientos populares de elaborar nuestro propio proyecto de país. El kirchnerismo y el FAP comparten la característica de contar entre sus integrantes con movimientos sociales y populares de larga trayectoria jugando un rol secundario. Creemos que estas experiencias demuestran que subordinados a políticos profesionales que responden a distintos sectores dominantes, los movimientos populares siempre estaremos condenados a conformarnos con lo que hay. La tarea de la década es construir un proyecto emancipador propio, con la fuerza de los/as oprimidos/as y con el sueño de la Patria Grande.

Por esto mismo, como parte de los movimientos y organizaciones populares de Argentina que, aún sin presentarnos en estas elecciones, tenemos un proyecto de país y luchamos cotidianamente por su concreción, convocamos a participar del 1º Foro por un Proyecto Emancipador, a realizarse el 19 de noviembre, a pocos días de las elecciones, porque la construcción de un país por y para el pueblo no empieza ni termina el 23 de octubre

La próximas elecciones significarán el fin del relato del “gobierno débil” frente a la “derecha desestabilizante” o el “monopolio mediático”. Ocho años significan una trayectoria considerable. Sin dejar de respetar a muchas organizaciones y militantes comprometidos que hoy tienen expectativas en el gobierno, sin dejar de estar dispuestos a defender lo conquistado por los sectores populares, debemos decir que no confiamos en la posibilidad que el gobierno tome un curso decididamente transformador. Por eso, los próximos cuatro años no nos encontrarán esperando, sino demandando, exigiendo, luchando y creando poder popular. Para que los derechos no sean un privilegio y para que una Argentina sin opresiones, digna, libre y soberana sea posible.

Frente Popular Darío Santillán - Juventud Rebelde 20 de Diciembre - Rebelión - Corriente Universitaria - Socialismo Libertario

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