lunes, 19 de marzo de 2012

Por los derechos humanos de ayer y de hoy: 30.000 compañeros y compañeras presentes


Solía escribir con su dedo, grande en el aire: “¡Viban los compañeros!”, César Vallejo

Para los jóvenes que empezamos a sentir la historia más triste de nuestro país conociendo a las madres, a los hijos de desaparecidos, y a todos los que con un corazón tan grande como su memoria nos señalaban con su paso firme la ausencia de justicia y el reino de la impunidad, el 24 de marzo sigue siendo una fecha de encuentro en la memoria. Encontrábamos ahí, en esas vidas de lucha y ejemplo, activa una memoria que buscaba con urgencia justa construir un presente más humano mirando hacia un pasado de historias truncas y sueños interrumpidos. Los jóvenes que nos acercamos a la militancia en la adolescencia, guiados por el faro del pañuelo blanco, la bandera desplegada y el paso incansable, seguimos reuniéndonos cada 24 de marzo seguros de que los sueños militantes que encarnó esa maravillosa juventud nos interpelan desde lo más hondo. Y entonces los rumiamos, los debatimos, y los hacemos carne todos los días. Y  desde aquellas primeras marchas volvemos a poner en cada 24 de marzo toda nuestra sangre y nuestro corazón también desplegando banderas y dando pasos que recrean y reviven esa heroica militancia. Esa juventud que puso todo en la construcción de un mundo mejor.

Los jóvenes de hoy, que comprometimos nuestra vida en la misma tarea que aquellos compañeros, hemos asistido cada año a avances y retrocesos en el ejercicio de la justicia: autoamnistías, Tribunales Militares, el Juicio a las Juntas, los levantamientos carapintadas, y las leyes de obediencia debida y punto final han sido parte de la nefasta historia de las últimas décadas. Hoy nos alegra reconocer que, si bien son muchos los puntos pendientes,  se ha caminado en la  tarea de la justicia: hay cientos de genocidas juzgados, se avanzó en la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad y se han recuperado muchos centros clandestinos de detención transformándolos en espacios para la memoria. Lejos de naturalizar esta situación, la subrayamos con la esperanza de que este camino se continúe, y la acompañaremos con el cuerpo en cada audiencia, en cada juicio, en cada escrache que debamos que hacerles a los responsables de la muerte, tanto civiles como militares.

Y así como ponemos nuestro cuerpo y nuestro corazón en esta tarea de memoria, también nos comprometemos en la lucha por nuestro presente, por esos derechos humanos que continúan siendo vulnerados: este 24 de marzo nos vuelve a encontrar sin Luciano Arruga y sin Julio López; nos encuentra con más pibes asesinados impunemente por la policía; con cientos de mujeres sometidas a redes de trata; con compañeros asesinados por luchar como Maxi, Darío y Mariano Ferreyra; con represiones a Belén, Famatina y los pueblos que defienden la preeminencia de la vida por sobre la mega minería contaminante. Este 24 de marzo nos encuentra con una ley antiterrorista que busca criminalizar la protesta; nos encuentra con docentes reclamando su derecho a una vida digna, y con la vida de Carlos Fuentealba trunca por estas mismas luchas. Y tampoco vamos a naturalizar todo esto.

No nos creemos el discurso de la contradicción, de la disputa interna, del posibilismo, del “se hace lo que se puede”. Si algo aprendimos en estos jóvenes años es que la lucha es integral, que no se puede señalar con el dedo al cielo cuando se está parado en la basura. Somos jóvenes y luchamos por ayer, por hoy y por mañana, para que nada siga como está, como decía el poeta y compañero Paco Urondo. Por eso marchamos de este lado, del lado de los que no se resignan, del lado de los que creemos que hay que hacer más, que hay que hacer otra cosa, del lado de los que creemos que están muertos quienes  sólo hacen  “lo que se puede”. Marchamos del lado de los que gastamos las zapatillas caminando nuestros sueños y no de los que los administran desde sillones de funcionarios. Del lado de los que elegimos soñar, pero a condición de creer en nuestros sueños.

Este 24 de marzo, nuestra juventud le rinde homenaje a los sueños de tanta hermosa militancia, desplegando las mismas banderas de lucha, de amor y revolución.

A 36 años del golpe, no nos han derrotado!

Este 24 de Marzo:
13 hs. Acto en el Obelisco, con la presencia de Nora Cortiñas
15.30 hs, Movilizamos de Congreso a Plaza de Mayo

Jueves 29 de Marzo, 19 hs, Facultad de Derecho:
Homenaje de la FUBA a Nora Cortiñas, con la presencia de León Gieco


No hay comentarios:

Publicar un comentario