viernes, 23 de marzo de 2012

“Si no se es crítico, no se puede cambiar este mundo injusto”


Desde la Juventud Rebelde y Rebelión entrevistamos a Nora Cortiñas, a 36 años del Golpe de Estado

La entrevista se da previo a la distinción homenaje que desde la Presidencia FUBA le haremos a Norita por su incansable lucha por los Derechos Humanos de ayer y de hoy, a realizarse en Derecho el 29 de Marzo próximo con la presencia de León Gieco.
-¿Cómo fueron tus orígenes en esta pelea, allá por los ´70 cuando se lo llevan a tu hijo Carlos? ¿Cómo fue tu primer acercamiento a la militancia?
Uno de mis hijos, Carlos Gustavo, está desaparecido desde el 15 de abril de 1977. Era militante de la Juventud Peronista y después en Montoneros. Empezó su militancia en la Villa 31. Ahí estuvo con el Padre Mugica. Después de eso estuvo en la zona Oeste porque vivíamos ahí. El 15 de abril, cuando iba camino a su trabajo en Capital, cuando se iba a tomar el tren, fue secuestrado. Yo me enteré después de un año que se lo habían llevado de la estación Castelar. Esa noche hicieron un operativo en mi casa, robaron algunas cosas. Estaba mi nuera. Le hicieron un interrogatorio bastante duro. Eso nos daba muestras de que a Gustavo “lo tenía” el grupo que vino. Desde ese momento no supe más de él.

Desde luego empezamos a hacer el recorrido que hicieron todos los familiares. Lo primero fue ir a la iglesia de Morón a ver al obispo, a la comisaría de Castelar a hacer el Habeas Corpus. Siempre nos decían “no está”. Nos recorrimos todas las comisarías de la zona. Después ya empezamos con el Habeas Corpus acá en Buenos Aires. Y después fuimos a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.
A los pocos días me enteré que se habían empezado a reunir unas madres en la Plaza de Mayo en la misma situación. El 30 de abril fue el primer día que me acerqué. Eran muy poquitas, 20 en total. A partir de ese momento además de hacer las denuncias y los habeas Corpus cada una por sus hijos o hijas, empezamos a hacerlo de modo colectivo. A partir de ahí fuimos creciendo, para 1977 las desapariciones ya eran masivas y sistemáticas. Todos los días aparecían casos nuevos. Igual todo era muy solapado.
También fuimos al SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia), en ese momento Adolfo (Pérez Esquivel) estaba también preso. Cuando lo liberaron fue el gran solidario de nuestra causa. Él nos empezó a recibir y con él empezamos a salir a denunciar.
- Hay muchos relatos de las madres que cuentan que no estaban tan interiorizadas de la  militancia de sus hijos, pero que ante las desapariciones empiezan a incorporar su lucha  ¿Vos te sentís identificada con eso?
Y sí, esa es la verdad. Yo al principio no era que no sabía, sabíamos; y salimos a buscarlo y ahí nos incorporamos las madres, aglutinándonos. Pero por mucho tiempo no sabíamos el por qué. Y un día dijimos bueno, eran militantes: se los llevaron porque eran militantes políticos y sociales. Pero después empezamos a mirar más profundamente el para qué. Empezamos a entender que los desaparecieron para implementar este  sistema neo-colonial y que era una dictadura que estaba organizada desde EEUU.
- ¿Y al principio?
Al principio no entendíamos; tanto era así, que íbamos a la Embajada de EEUU a pedir y nos llamaban desde la Embajada para tener reuniones con nosotros. Cuando se la llevan a Azucena (Villaflor), fuimos corriendo a la Embajada y nos dijeron que nos iban a ayudar. Nosotras creíamos que nos ayudaban: en ese momento creíamos que teníamos gente que nos iba a ayudar. Pero después, con el paso del tiempo empezamos a entender que esto era un operativo también para América Latina, para el Cono Sur. Empezamos a tener contacto con las madres de Chile, de El Salvador, de Guatemala, de todos los países que ya habían tenido antes que nosotros la dictadura y una represión tan fuerte.
- ¿Qué evaluación haces de la cuestión de los Derechos Humanos en la actualidad? 
En su momento con Alfonsín, los juicios con todos sus defectos, empezaron y los represores se tuvieron que sentar en el banquillo de los acusados, los vieron en el mundo entero. Después Alfonsín claudicó porque no creyó en su pueblo, que lo hubiera defendido. Pero se asustó. Después vinieron los gobiernos de “porquería” que tuvimos: De La Rúa, que no quería la extradición de militares cuando se abrieron juicios en España; Menem que destruyó el país, y que la primera medida que tomó fue el indulto a los pocos genocidas que habían quedado presos; y Duhalde, diciendo que había que luchar por los vivos y no por los muertos, y esas cosas. Entonces, ahora, yo tengo que reconocer que después del 25 de Mayo del 2003, que asume Kirchner, la cosa cambia,  porque gana con pocos votos, porque sus consejeros le dicen “agarrá el tema de los derechos humanos, es un drama, la gente hace 30 años que está en la calle…”. Y empieza esa etapa que hay que reconocerla: la apertura de la ESMA, la apertura de los campos de concentración, el guiño para que sus legisladores declararan la nulidad de las leyes de punto final y de obediencia debida, los indultos. También hay que decir que en ese marco mucha gente que había sido militante empezó a tener cargos, pero muchos nos desilusionaron cuando votaron la Ley Antiterrorista. Ellos caminaron, para hacerse su carrera política, con los organismos y ahora levantaron la mano sin vergüenza para votar la Ley Antiterrorista, que ellos saben que es una imposición de EEUU y que es solamente para disciplinar al pueblo.
- En ese contexto, muchas veces da la sensación de que se impuso una noción de Derechos Humanos demasiado vincula al pasado ¿Cómo definirías a los Derechos Humanos?
Los Derechos Humanos son indivisibles. Creo que los derechos son económicos, sociales, culturales, y hay que agregarles los de género. Es importante respetar las opiniones y lo que cada persona quiere de su cuerpo, de su espíritu, de lo que piense y sienta. Pero al mismo tiempo una cuestión tan elemental como la alimentación es fundamental: este país elabora productos para más de 300 millones de personas, no puede ser que casi 20 millones pasen hambre. No puede ser. Tiene que haber una repartición, no de la pobreza, acá hay distribución de la pobreza y tiene que haber distribución de la riqueza.

- ¿Cuál es tu mensaje, viendo un poco la realidad política Nacional, hacia los jóvenes?
Hay una cosa que es fundamental: si no se es crítico, no se puede transitar  el camino para cambiar este mundo injusto. Las cosas buenas que uno logra ayudan a seguir adelante. Hay cosas que se vieron en el campo de lo económico y social que cambiaron un poco. Pero están atrasados con los jubilados, hay plata pero se usa para otras cosas. El tema de permitir la minería a cielo abierto. Están destrozando nuestro medio ambiente, nos vamos a quedar sin cordillera de los Andes. La cuestión del petróleo y el gas ¿por qué tenemos que comprar al exterior? Si nosotros, debajo de esta tierra, tenemos riquezas. Entonces, creo que si no quieren tocar esos temas para proteger al Gobierno es un error. La crítica es lo más sano que hay para defender la democracia.

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